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La economía argentina, entre las menos competitivas del mundo

La economía argentina, entre las menos competitivas del mundo

El Consejo Empresario Mendocino (CEM) destacó en un informe los problemas que padece nuestro país.

El Consejo Empresario Mendocino (CEM) analizó, a partir del informe 2017-2018 del Foro Económico Mundial, la competitividad de Argentina ante un escenario global donde la tecnología ha modificado formas de trabajar y crear riqueza.

El país se ubicó en el puesto 92 entre 137 países estudiados. “La situación no es buena y afecta a Mendoza”, consideró el CEM.

Y si bien subió 12 peldaños respecto al año anterior, en función del índice de Competitividad Global (ICG), aún sigue por debajo de países vecinos como Chile (líder regional), Brasil y Uruguay.  Suiza, Estados Unidos, y “el tigre asiático” Singapur ocupan los tres primeros puestos.

La remontada de 2017 de Argentina vislumbra un mejor escenario luego de una década en constante caída: entre 2007 y 2016, el país cayó 19 puestos.

El ICG se establece analizando 12 pilares que se pueden subdividir en tres categorías: elementos básicos para el desarrollo, potenciadores de eficiencia y sofisticación empresaria e innovación.

Sin embargo, los factores vinculados a la preparación tecnológica y a la sofisticación e innovación en los negocios son los principales motores de la competitividad de las naciones y de su potencial para crecer en una economía global.

Esta conclusión es fundamentada al analizar las 30 economías más competitivas del mundo, donde 26 países se han mantenido en esta selecta lista por una década.

“Cualquier intento por mejorar a largo plazo, trascenderá la gestión de un gobierno en particular e implica un trabajo cuyos beneficios serán capitalizados por las generaciones siguientes”, resalta el CEM.

Excluyendo a Chile, el más competitivo de la región y 33° en el mundo, el atraso en la inserción en un mercado global es una deuda pendiente en América Latina.

Al flojo desempeño de Argentina se suma el de Brasil, Perú y Uruguay. “La recuperación del último año es bienvenida, pero aún no alcanza para recuperar el terreno perdido”.

Al poner la lupa sobre la situación nacional del último año, se advierte una mala producción en cuanto a “potenciadores de eficiencia”, particularmente en la eficiencia de mercados.

Aunque a lo que concierne el desarrollo del capital humano, como educación superior y capacitación, preparación tecnológica e innovación, aspectos en los que Argentina suele distinguirse en la región, se ha mejorado.

En relación a las categorías “instituciones” y “estabilidad macroeconómica” se nota también una recuperación.

Mirando al vecino 

Solamente nos separa la cordillera con el país más competitivo de América Latina, Chile. Los transandinos superan a la Argentina en diez de los doce pilares evaluados.

De estos, la brecha se ensancha en tres (instituciones, infraestructura y estabilidad macro) y en algunos potenciadores de eficiencia (en el mercado de bienes, en el mercado laboral, en sofisticación del mercado financiero y en preparación tecnológica).

La diferencia se reduce significativamente en los pilares sofisticación empresarial, innovación y educación superior y entrenamiento, en tanto que Argentina solo supera a Chile en salud, educación básica y en tamaño de mercado.

La comparación con Brasil, nuestro mayor socio comercial en la región, es bastante más pareja. En los pilares básicos las diferencias son menores, aunque Argentina saca alguna ventaja en salud y educación básica.

En potenciadores de eficiencia, Brasil nos supera en todos excepto educación superior y entrenamiento. Los desempeños son parejos en pilares más avanzados (sofisticación empresarial e innovación).

Por su parte, el más competitivo del mundo, Suiza, supera notablemente a nuestro país en todas las categorías menos en tamaño del mercado “denotando, nuevamente, la necesidad de avanzar con mejoras competitivas graduales pero persistentes”.

“El aumento de la competitividad significa aumento de la prosperidad y las economías competitivas son aquellas con más probabilidad de crecer de forma sustentable e inclusiva, lo que significa más probabilidad de que todos los miembros de la sociedad se beneficien con los frutos del crecimiento económico”, destaca el Foro Económico Mundial.

Federico Ostropolsky, presidente del Consejo Empresario Mendocino  (CEM), aseguró que la situación es crítica y se mostró preocupado con la situación.

“Es claro que así no podemos seguir, porque no vamos a generar riqueza y no vamos a poder generar trabajo. Quedamos fuera de competencia en todas las industrias”, comentó.

Hernán Yacopini, vocal del CEM agregó: “Los problemas de competitividad afectan mucho a Mendoza. Se frenan inversiones por el alto costo laboral y se genera menor movimiento económico”, opinó.

“Por eso son tan importantes las reformas que está impulsando el Gobierno. Son cambios que favorecen a empleados, empleadores e inversores”, apuntó.

El mercado laboral

Como lo deja claro el Informe Mundial de Competitividad 2017-2018 del Foro Económico Mundial, Argentina necesita muchos cambios para mejorar en el ranking. Desde el CEM celebraron la reforma laboral impulsada por el Gobierno Nacional, pero advirtieron que la situación es crítica.

“El pilar de competitividad más rezagado de Argentina entre 2007 y 2017 es aquel vinculado con el funcionamiento del mercado laboral”, se aseguró. Para justificar su postura, el Consejo detalló algunos de los puntos llevan al país a esa situación.

Son 10 los aspectos que evalúa el Informe Mundial. Entre ellos se destaca la relación entre salario y productividad, concepto que tiene a la Argentina en el puesto número 114 del ranking. Peor aún es el desempeño del país en “prácticas de contratación y despido (puesto 135), flexibilidad en la determinación del salario (133) y efectos impositivos sobre los incentivos a trabajar (134)”.

Otro eje que preocupa sobre el mercado laboral, es el alto grado de informalidad, que según el Indec alcanza a uno de cada tres trabajadores. Eso claramente está relacionado con la alta presión impositiva que existe sobre los empleados registrados.

Por eso el CEM recordó los resultados del documento de “Impuestos sobre los salarios en América Latina y el Caribe” publicado por la OCDE en 2016.

De acuerdo a ese estudio, entre 20 países analizados, Argentina tiene una presión impositiva del 35% sobre los salarios, la mayor de toda la región.

Está incluso por encima de Brasil (32,2%) y Uruguay (30,5%). Por último, el CEM se refirió al impacto en la competitividad del crecimiento de la litigiosidad laboral.

El Consejo hace mención de  datos del Registro de Actuaciones Judiciales de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, donde se indica que en 2015, de cada 1.000 siniestros laborales, 146 fueron a juicio. En 2010, la relación era de 80 cada 1.000.

 

El impacto de la reforma laboral

El Consejo Empresario Mendocino (CEM) destacó puntos de la reforma laboral que considera fundamentales para revertir el mal momento de Argentina en lo que respecta a competitividad.

Se trata del plan de regularización de trabajo no registrado, la modificación de la cláusula de solidaridad en la subcontratación y delegación, los cambios en la base para el cálculo de la indemnización por antigüedad y despido, la modificación del régimen de licencias especiales y la creación del Fondo de Cese Laboral Sectorial, entre otros puntos.

Federico Ostropolsky, presidente del CEM, aseguró que “la reforma es un primer paso hacia una mejor inserción”, pero consideró que aún hay varios puntos por mejorar. “En estos momentos hay una productividad lejos de ser la ideal”, lamentó.

“La reforma plantea herramientas que hacen que el costo laboral se aliviane. Esto lógicamente estimula la toma de personal, aunque de todas maneras se sigue estando lejos de los ratios mundiales”, concluyó el presidente del CEM.

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