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    Categorías: Sociedad

La escasez de lácteos se agravó en Mendoza y no se consiguen varios productos

En el último mes la leche aumentó 10%, repitiendo los incrementos de enero y febrero. Sigue siendo difícil conseguir algunos derivados.

Las heladeras de lácteos de los supermercados locales muestran cada vez más huecos, pero sobre todo la presencia casi indiscutida de una marca líder de leche líquida. Algo similar sucede en las góndolas, en donde es difícil encontrar variedad de opciones en las cajas y botellas de larga vida, ya que en algunos está solo La Serenísima, mientras que en otros hay apenas una o dos etiquetas más. A eso se suma el aumento de precio por litro y la falta de mantecas y cremas en varios casos.

La reducida disponibilidad de marcas en los súper e hipermercados que se empezó a notar hace unas semanas se debe a diversas razones. Por un lado, inciden las inundaciones de fines de 2018 en la cuenca lechera, lo que, sumado a las altas temperaturas, causó que la producción se redujera un 10%. Por otra parte, las exportaciones de leche en polvo se incrementaron entre un 30% y un 40% el año pasado, lo que también restó disponibilidad de materia prima.

Esta semana trascendió además que el Gobierno Nacional estaría terminando de definir un programa de precios congelados durante seis meses, que incluiría40 alimentos de la canasta básica, entre los que estaría la leche. A esto se sumarían otras medidas, como descuentos para los beneficiarios de Anses, con el objetivo de atenuar el impacto de la inflación de aquí a las elecciones. Es probable que esto genere una mayor especulación hasta que se conozcan los detalles.

Lo cierto es que en un recorrido por híper y supermercados, Los Andes pudo comprobar no sólo que se sostiene la falta de opciones, sino que se ha acentuado desde el relevamiento anterior, el 15 de marzo. En las heladeras únicamente hay disponible la leche en sachet La Serenísima, en sus nuevas presentaciones, y lo mismo ocurre en caja. La marca Armonía, que figura en la lista de Precios Cuidados, ya no se consigue (sí había unas tres semanas atrás).

En las góndolas la situación no es muy diferente. En un hipermercado de Godoy Cruz se puede comprar La Serenísima en caja y en botella, y la marca propia. En otro de Guaymallén, se encuentra la etiqueta líder, como también Ilolay (entera y reducida en lactosa) y Tregar sólo en su versión reducida en lactosa, que por supuesto es más cara. Se debe destacar que este sitio, hace poco menos de un mes solo había La Serenísima.

En un supermercado de una reconocida cadena, en donde a mediados de marzo se podía optar por leche líquida de la marca propia, Tregar, Milkaut, Sancor y La Serenísima, hoy solo hay de esta última firma y unas pocas cajas de Milkaut. De hecho, pueden pasar desapercibidas, porque están en el estante por encima del suelo y ocupan apenas dos filas que son difíciles de ver. También se verifica la falta de mantecas y cremas, entre otros productos.

En lo que a leche en polvo entera se refiere, tampoco es demasiado alto el número de opciones. En un sitio de ventas se puede elegir entre La Serenísima, La Lechera y Purísima, y ayer al mediodía quedaba una bolsa de la marca propia. En otro, La Serenísima, Nido y Sancor, ya que La Purísima, si bien estaba el cartel, se había acabado (integra la lista de Precios Cuidados). En tanto, en uno de los híper se podía comprar La Serenísima, Nido, La Lechera y Sancor.

La escasez de marcas no se ha extendido, al menos por ahora, a otros productos derivados, como la manteca, la crema, el yogur y los quesos, tanto untables como cremosos. Sin embargo, es difícil encontrar Ilolay, aunque en ocasiones se ven remanentes. Sí hay en los tres locales comerciales Tregar y Milkaut.

Rango de precios

De acuerdo a los datos que figuran en la web “Precios Claros”, del Gobierno Nacional, la leche entera larga vida La Serenísima en botella oscila entre $ 64 y $ 70,99, según el sitio de venta. La entera larga vida por un litro de la misma marca en tetra brik va de $ 55,90 a $ 62. La entera Ilolay por un litro en caja se puede conseguir entre $ 44,00 y $ 52,99 y la entera Milkaut larga vida entre $ 47,50 y $ 55,50.

En tanto la versión reducida en lactosa de Ilolay tiene un precio de $ 63,25 y la Tregar cuesta entre $ 59 y $ 64,40. En el hipermercado de Guaymallén, el litro de la leche entera en sachet La Serenísima está a $ 45,68. Por su parte, la larga vida oscila entre los $ 61,40 de La Serenísima en botella, $ 62,30 La Serenísma en tetrabrik y $ 50,80  Ilolay en Tetrabrik. La reducida en lactosa Ilolay tiene un precio de $ 61,40 y la Tregar de $ 60,40.

Proveedores en falta

Varios referentes de cadenas de supermercados coincidieron en “off” sobre que el principal problema está relacionado con la proveedora Mastellone, que ha dejado de traer al mercado mendocino otras opciones de marca.

En este sentido afirmaron que han tenido “una situación de baja de abastecimiento con el principal  proveedor”, pero se espera que para fines de esta semana “las dificultades queden resueltas”. Además admitieron complicaciones para conseguir mantecas y cremas, lo que se evidencia en las góndolas.

Rubén David, titular del mayorista, Oscar David, sostuvo que la situación está igual que hace tres semanas, cuando se empezó a notar el faltante. “Para tener un idea de lo que nos ha pasado, desde enero a la fecha los proveedores nos han aplicado aumentos mensuales, en el sector alimentos, de entre 3% y 4% promedio. En tanto, en el caso de los lácteos, se han registrado subas mensuales por encima del 10%. Algo que claramente se puede ver en el valor final al consumidor”.

No obstante, David estima que la situación puede regularizarse después de que pase la “Semana Santa”, ya que admitió que en general, tal como se puede ver todos los años, la demanda de productos es alta y luego “afloja”. Lo cierto es que por ahora se puede ver algunos faltantes.

José Gutiérrez / Los Andes

Sigue creciendo la demanda en los tambos locales

La escasez de oferta y las subas de precios de los productos lácteos en las grandes cadenas de supermercados, siguen impulsado la demanda en los tambos de la provincia. Sin embargo, los empresarios locales advierten que no hay suficientes productos para satisfacer a todos los compradores.  

Hace algunas semanas, Leonardo Guercio, propietario del tambo que lleva su nombre, comentó a Los Andes que en los primeros meses del año la demanda de leche en su negocio creció cerca del 300% en relación al año pasado. Ahora, la demanda es todavía mayor, pero la oferta sigue siendo limitada.

“Hay cada vez más gente que viene a comprar a nuestro negocio, pero no podemos abastecerlos a todos. Comenzamos a atender desde bien temprano y le damos prioridad a nuestros clientes históricos, como las heladerías a las que proveemos desde hace años”, señaló el empresario.

“Tenemos una capacidad de 800 litros diarios. Vendemos hasta cubrir toda nuestra producción”, agregó.

Similar fue la lectura de Valentino Capellano, dueño del tambo La Alborada, de San Martín. El referente del sector coincidió respecto a que la demanda continuó creciendo en las últimas semanas y aseguró que el desencuentro con la oferta del sector tambero será cada vez peor.  

“No podemos cubrir la creciente demanda por parte de nuestros clientes y nada hace pensar que la situación se va a resolver pronto. A nivel país están cerrando muchos tambos. Si esta tendencia continúa la oferta será cada vez menor”, lamentó el tambero.

“Nos vamos a terminar quedando sin leche. El negocio no es rentable y la producción es esclavizante. Todo apunta a que la oferta será cada vez menor en los próximos años”, continuó el empresario.

“Es una lástima que no se pueda aprovechar el aumento de la demanda. En nuestro caso recibimos entre 20 y 30 llamados por día de clientes que preguntan cuándo tendremos más leche para vender”, concluyó Capellano.

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